ALZHEIMER

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta a las neuronas de nuestro cerebro y que ocasiona un deterioro de las funciones cognitivas de la persona, caracterizado por la pérdida de memoria, alteraciones en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la planificación de tareas o la resolución de problemas. Esta enfermedad constituye la forma más frecuente de demencia neurodegenerativa en nuestros mayores.

Este deterioro suele acompañarse por cambios en la personalidad y el comportamiento. La capacidad de la persona para ser autónoma y llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria va disminuyendo, de modo que en las fases más avanzadas necesitarán ayuda y cuidados durante la mayor parte del día.

FASES DEL ALZHEIMER

FASE LEVE  (etapa temprana).

En la etapa temprana del Alzheimer, la persona puede desenvolverse de forma independiente. Es posible que pueda conducir, trabajar y participar de actividades sociales. A pesar de esto, la persona puede sentir que tiene episodios de pérdida de memoria, que incluyen olvidarse palabras familiares o la ubicación de objetos cotidianos.

Los amigos, familiares y otras personas comienzan a notar las dificultades. Durante una entrevista médica detallada, es posible que los médicos puedan detectar problemas de memoria o concentración. Las dificultades comunes incluyen, problemas para encontrar la palabra o el nombre correctos, dificultad para recordar nombres cuando se presenta a personas nuevas, dificultad para realizar tareas en entornos sociales o laborales, olvidar algo que acaba de leer, perder o traspapelar un objeto valioso, problemas para planificar u organizar.

Este conjunto de manifestaciones genera alteraciones del estado de ánimo con tendencia a ansiedad, depresión e irritabilidad.

FASE MODERADA (etapa media).

El Alzheimer moderado generalmente constituye la etapa más prolongada y puede durar muchos años. A medida que la enfermedad avanza, la persona con Alzheimer requerirá un mayor nivel de atención.

Las alteraciones de memoria se van haciendo más evidentes, coexisten con alteraciones del lenguaje tanto de evocación como comprensión (afasia), dificultad para vestirse (apraxia), no reconocimiento de familiares cercanos con los que convive (agnosia) así como el abandono de hábitos higiénicos y aseo personal que evidencian la despersonalización. Se tornan desconfiados, suspicaces, repetitivos, prejuzgan con más intensidad (rasgos psicóticos). Vuelven las imágenes de familiares ya fallecidas a su mente. Hay desmotivación por aprender nuevas tareas, apatía, alteraciones en el sueño y aumento en la deambulación por el domicilio. Discalculia y cambios conductuales que pueden conllevar episodios de agitación psicomotriz.

FASE GRAVE (etapa final).

En este tercer estado o  etapa final de la enfermedad, se incrementa la pérdida de todas las áreas que conforman las habilidades cognitivas superiores, generando una mayor despersonalización. No reconocimiento del entorno. Aparecen alteraciones del equilibrio y postura con mayor rigidez por aumento del tono muscular, pudiendo incluso aparecer movimientos anormales, o de tipo parkinsonianos. Alteraciones de esfínter, deglución, se alteran los reflejos y pueden llegar al encamamiento. Esta fase, requiere de mayor dependencia, con riesgos asociados tales como alteraciones cutáneas (úlceras), infecciones (respiratorias y del tracto urinario), riesgo de atragantamiento y broncoaspiración. Estas personas precisan ya de cuidados y supervisión permanente.

Síntomas de Alzheimer

  • Variaciones de memoria: a corto y largo plazo.
  • Deterioro del lenguaje: oral y escrito.
  • Incapacidad para realizar tareas ya aprendidas.
  • Desorientación en todas las áreas, estado confusional.
  • Cambios en el carácter, personalidad y esfera afectiva.
  • Falta de espontaneidad e iniciativa, apatía y desmotivación.
  • Incapacidad para la resolución de problemas.
  • Rasgos de tipo psicótico

TERAPIAS EN ALZHEIMER

Cuando una persona tiene Alzheimer, el tratamiento de la enfermedad va encaminado a paliar los síntomas de la misma, al no tener una cura definitiva. Se trata en primer lugar de mantener lo máximo posible las capacidades mentales, evitando la desconexión con el entorno e incrementando la autonomía. Para ello también se pretende estimular las relaciones sociales, la salud, y la propia autoestima.

Para conseguir todo ello, hay una serie de medidas tanto farmacológicas como no farmacológicas:

Farmacológicas

Va  encaminado a estabilizar la enfermedad (tratando de interferir en los procesos bioquímicos que provocan la muerte neuronal), al tratamiento de los síntomas cognitivos (tratando de mejorar el estado cognitivo de la persona) o al tratamiento de los síntomas conductuales (como la ansiedad, la depresión, las alucinaciones y los delirios).

No farmacológicas

Nuestro cerebro tiene capacidad para cambiar y adaptarse a nuevas conductas y experiencias. A esto le llamamos neuroplasticidad y usaremos diversas estrategias para trabajar esta capacidad.

  • Estimulación neurocognitiva
  • Arteterapia
  • Apoyo psico-conductual
  • Reminiscencia
  • Estimulación sensorial
  • Terapia recreativa
  • Gerontogimnasia